miércoles, 22 de diciembre de 2010

NAVIDAD Y AÑO NUEVO




Llegan estas fiestas de Navidad y Año Nuevo y muchas personas se sienten mal. Aparecen los balances, y sacamos cuentas. Uno de estos balances es afectivo: nos faltan las personas que ya no siguen con nosotros (por fallecimiento o porque no están en nuestro camino ni en nuestra compañía, sea por la razón que sea). En este balance también hay que dar entrada a los que llegaron a nuestra vida durante el año, personas a las que no conocíamos, personas que teníamos cerca pero con las que nunca habíamos formalizado un trato más íntimo. Quizá con su llegada nos han alegrado la vida tanto, que sintamos menos las pérdidas que, seguramente, hubo. El otro gran balance de estas fechas es el de los proyectos cumplidos o no durante el año que finaliza. Lo cual abre un cauce para programar otros ideales para cumplir durante el año que viene: ¿qué querríamos mejorar, qué pasos dar, qué persona estamos deseando encontrar, hacia dónde encaminamos nuestra vida profesional?
Estas fiestas se parecen bastante a los fines de semana. Los fines de semana en que se tiene más tiempo, es imposible escapar a nuestros pensamientos, están ahí, no podemos disimularlos bajo la capa de un ajetreado trabajo, la falta de tiempo, o cualquier otra excusa. Además al estar todos los miembros de la familia en casa, surgen roces que en semana pueden quedar más disimulados. Lo mismo sucede con la Navidad y el Año Nuevo, fiestas propias de nuestra cultura y de un legado religioso. Pero también hay otras fechas que nos producen reflexiones: cumpleaños, aniversarios...
De hecho, en las urgencias de los hospitales (psiquiatría) los fines de semana se presentan más casos y, al parecer,también suben con luna llena. De antiguo es conocido el efecto que ésta produce sobre las mareas, y por supuesto sobre las personas. Creo que sería importante, como lo hacían nuestros abuelos aunque ellos por motivos de cultivo de tierras, tener a mano un calendario lunar. En luna nueva y en menguante las personas están más tranquilas, menos activas, y el proceso se invierte con la luna creciente. Por tanto, esto afecta a todas nuestras actividades, desde las personales a las profesionales.
Parecen detalles insignificantes, pero tan importantes como comprender los factores hormonales que nos afectan ya sea por género o por edad. Tienen sus consecuencias a nivel de comportamiento.
A aquellos que sientan que estas fechas les pueden afectar negativamente, les sugiero que hagan una lista de temas que tenían pendientes, y que se ocupen de cumplirlos. Que aprovechen para salir de viaje, ir al cine, comenzar una lectura, ver a los amigos, cocinar, dar paseos, hacer bricolage, lo que sea que les guste o quieran. Y hagan proyectos porque aunque parezcan imposibles; idearlos, pensarlos, desearlos, es ponerse en el camino adecuado para conseguirlos.

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